martes, 2 de abril de 2013

La corrupción del asiento reservado

Tristemente confirmo día a día que el peruano no es más que un animal, con perdón de los animales, hombres y mujeres jóvenes o adultos, no embarazadas ni gestantes ni inválidos, mucho menos ancianos hacen uso de los asientos reservados con total y completo irrespeto a los demás, algunas personas educadas (peruanos no animales) se mantienen de pie así estén cansados, pero estos animales peruanos se sientan en los reservados para comer, maquillarse, leer su periódico (mayormente publimetro) o hacerse los dormidos, en su mayor parte los que realizan estas tan tristemente mencionadas prácticas son alumnos universitarios, empleados ovejas (enternados y entrajeados de los que trabajan en Canaval y Moreira) y mujeres treintonas, que se creen las jóvenes, excepto para usar los asientos reservados, donde se hacen las de 50 a su conveniencia, y no olvidemos al estereotipo del peruano, el típico ignorante e idiota vacancito, el cual es capaz de ver subir hasta a su anciana madre y decirle "arrimate vieja que no me dejas ver ese culo".

Triste y deprimente país, si no somos capaces de respetar algo tan simple como esto, como podemos esperar que no exista corrupción en las partes más altas del gobierno, en nuestros trabajos, centros de estudio y demás.

Ese político que roba, ese tombo que cutrea, ese empresario que no te paga bien te explota y no te da beneficios sociales, ese profesor rector decano que sólo aprueba a los que le dan regalos o las que se le regalan... toda esa escoria social comenzó así... como un vacancito que se cree que puede tomar todo de la sociedad sin respetar las reglas más básicas de convivencia.

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